Transcripción

A la memoria de Luis Millares
Distinta fué de nuestros pies la huella;
la suerte separó nuestros senderos;
fuimos -mirando hacia la misma estrella-
en la ruta lejanos compañeros.
Pero a la tuya se juntó mi senda,
a veces y en el cálido arenal,
descanso hallamos en la misma tienda
y bebimos del mismo manantial.
Y hoy que tu frente, por la muerte herida,
abates sobre el llano polvoriento
en que aun camina mi vejez rendida,
nuestra amistad evoco, y en mi acento
tiembla el recuerdo, que deshoja el viento,
de las horas mas nobles de mi vida.
Domingo Rivero